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    Estrategias para evitar el fracaso y aprender de él

    En el último tiempo han ido apareciendo voces que rescatan el fracaso como una valiosa fuente de aprendizaje, base del éxito futuro.  La palabra fracaso está dejando de tener una impronta absolutamente negativa. Pensado como generador de experiencia, un tropiezo puede traer consigo un bonus track de training nada despreciable.

    No se trata ni de cerrar los ojos frente a la posibilidad de fracasar ni de celebrar que acontezca. Pero, considerar la posibilidad de su existencia, permitirá tomar medidas para evitarlo. O, al menos, reducir sus efectos. Y, si no cabe otra, aprovechar el fallo para aprender de él es, sin duda, la mejor actitud.

    Evitar el bloqueo

    La primera ventaja de hablar sobre el fracaso es permitirse mirarlo de frente para, en realidad, vencer al principal enemigo: la inacción por miedo a fracasar. Es una verdad evidente para la razón pero no para la emoción: sin actuar, nos aseguramos evitar el fracaso al carísimo precio de no hacer nada.

    Pero el “miedo al fracaso” no se presenta como tal sino que se camufla. Nos hace pensar que no estamos suficientemente preparados para emprender o que es mejor esperar un momento económico más propicio. Detrás de estas excusas, el miedo a fracasar está latente y ponerle nombre es el primer paso para superarlo. No hay duda de que no hacer es, a la larga, el mayor de los fracasos.

    Estrategia preventiva

    La mejor manera de evitar el fracaso es desarrollar una estrategia preventiva. Investigar, evaluar riesgos, asesorarnos y hablar claro son pautas básicas al momento de emprender.

    Tener en cuenta estos pasos permitirá avanzar con tu empresa:

    • Valida tu idea: muchas veces nos enamoramos de nuestro proyecto y seguimos sin haber testeado suficientemente la idea. Un período de prueba y el desarrollo de un producto mínimo viable permiten afinar la propuesta hacia lo que el cliente potencial requerirá.
    • Rodéate de la gente correcta: asóciate con personas con habilidades complementarias a las tuyas. Es importante dejar en claro los aportes, las áreas a cargo y las funciones de cada uno así como las decisiones de financiación, de gastos y de retiro de utilidades. Un acuerdo de socios puede prevenir conflictos futuros.
    • Prepara un plan de negocios: armar un presupuesto y un flujo de fondos proyectado permitirá contar con un mapa de ruta para el avance de la empresa. Es imprescindible que trabajes con el asesoramiento de tu Contador desde el principio.
    • Controla las cuentas: desde el inicio tener una contabilidad actualizada te permitirá controlar la marcha del negocio y orientar la toma de decisiones sobre una base cierta.
    Levantarse y aprender

    Claro que tener éxito es mejor que no tenerlo. Y que, aunque desarrollemos estrategias y evaluemos riesgos, diferentes factores pueden llevarnos a un punto de no retorno.
    En ese caso, lo mejor que podemos hacer es aprovechar la posibilidad de aprender. Cuanto antes y más profundamente ahondemos en entender qué pasó, más provecho sacaremos de la experiencia. Así evitaremos repetir los mismos errores en el futuro.

    Hacerse cargo es el primer paso: no negar el error ni poner responsabilidades afuera es importante para analizar qué pasó. Del mismo modo, ser hipercríticos o tener una actitud perfeccionista solo llevará a autocastigarnos y no permitirá avanzar.

    Revisa la idea: tal vez no estuvo suficientemente testeada. O no definiste claramente cuál es tu cliente ideal. Muchas veces, por miedo a perder posibles mercados, se le habla a un cliente tan amplio que, finalmente, la voz se pierde. Tu idea, ¿resolvía un problema de un posible usuario? Pregúntate qué hubieras planteado de otra manera.

    Aplica el Foda tanto para tu empresa como para ti mismo. Evaluar las fortalezas y las debilidades es esencial para saber en qué eres bueno y en qué no: en dónde vale la pena que pongas tus energías y qué debes delegar. Querer abarcar todo es imposible. De este análisis también surgirá qué habilidades debes desarrollar y cómo capacitarte.
    Pensar qué oportunidades no pudiste aprovechar o qué amenazas te condujeron al error permitirá desarrollar estrategias para fortalecerte en futuras empresas.

    Evalúa la posibilidad de trabajar con un mentor o un coach que te oriente en el desarrollo de tus competencias así como en el camino de volver a emprender. Puede ser un profesional, un jefe, un profesor. Entre tus contactos habrá alguien dispuesto a evaluar contigo qué sucedió.

    La experiencia te fortalecerá para tus próximos pasos. Y será una llave maestra para el autoconocimiento. Aprovecha el error para reformular el camino que te lleve a tus metas.
    Artículo escrito por:

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