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    Ganancias: Idas y venidas del impuesto a lo largo de la historia

    No es nuevo que el Impuesto a las Ganancias sea el centro del debate político y económico. Mucho se habla, más se escucha hablar pero, de dónde viene ésto?

    Para explicarlo partamos de la actitud que ha adoptado el Gobierno actual con este impuesto:

    Tuvo que remover artículos del Presupuesto 2019, que implicaban la ampliación del Impuesto a las Ganancias (contemplaba eliminar las exenciones de los trabajadores en la cuarta categoría sobre ítems como viáticos, movilidad y gastos de representación).

    Más allá de cualquier discusión acerca de la taxonomía (¿salario es ganancia?), que no suelen llegar a puertos fructíferos, es sensato gravar los ingresos y hacerlo de manera eficiente  y progresivamente para arribar a una redistribución de la torta más justa.

    Un impuesto al rédito

    Pero detengámonos y rebobinemos. Remontándonos a sus orígenes, el impuesto fue creado bajo la figura del “Régimen de Impuesto al Rédito” durante el gobierno de facto de Agustìn P. Justo en 1932; y había llegado como un impuesto transitorio para hacer frente a las consecuencias de la Gran Depresión. Ya sabemos que Argentina es un país en el que los parches duran décadas y las soluciones estructurales nunca llegan; y a esta lista podemos sumar el impuesto a los créditos y débitos bancarios (2001), el aumento de la alícuota del IVA  de 18 al 21% (1995) o el regreso de los derechos de exportación (1955).

    Pero el hecho de que su creación haya sido de emergencia no quiere decir que sea un impuesto “malo”, dado que es un gravamen que se aplica a nivel mundial y funciona relativamente bien para recaudar de manera progresiva.

    Ganancias durante los últimos años

    Más cerca en el tiempo, el impuesto a las Ganancias ha sido uno de los centros de conflicto entre el Gobierno de Cristina Fernández y el sindicalismo. Durante la intervención al INDEC, el Gobierno hizo todo lo posible para poder sostener el engaño en las estadísticas socio-económicas. Entre ellas, al no reconocer que no había inflación, no habría razón para ajustar las escalas de ganancias. Sin embargo, los salarios efectivamente se negociaban al ritmo de la inflación verdadera; por lo que cada vez más trabajadores pagaban el impuesto y los que lo pagaban, pagaban cada vez más.

    Durante el Gobierno de Macri,  se aprobó una reforma al impuesto que modificó las escalas de manera tal que una mayor cantidad de trabajadores empezó a tributar pero en alícuotas menores. En 2015 1.2 millones de trabajadores pagaban el impuesto a las ganancias, mientras que en 2017 casi un millón más fueron alcanzados por el tributo que el presidente había prometido derogar.

    Conclusión

    Finalizando el repaso, respecto al impuesto a las Ganancias de las empresas; se está intentando que se aprueba una modificación en los parámetros del ajuste por inflación de los balances.

    En diciembre de 2017, el Congreso aprobó una modificación al Impuesto a las Ganancias que habilitaba a las empresas a habilitar sus balances por inflación en caso de que el Índice de Precios al Por Mayor superase el 100% acumulado en 3 años; o cuando llegase al 33% en cada uno de los tres años del período (lo que terminó ocurriendo en agosto cuando la inflación mayorista acumulada alcanzó 36.5%).

    Para sostener la recaudación en pos de cumplir las metas fiscales, dado que se habla de que las pérdidas por el revalúo podrían ascender a 80 mil millones de pesos; el Gobierno busca modificar los parámetros de ajuste antes de fin de año.

    Artículo escrito por:

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