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    Ley de Economía del Conocimiento

     

    Cómo beneficia el nuevo régimen de fomento a la industria de software y servicios informáticos (Ley de Economía del Conocimiento)

    La normativa da beneficios impositivos, reducción de costos laborales e incentivos fiscales a empresas de tecnología. Busca crear empleo y aumentar la exportación. Claves y requisitos para inscribirse en el Registro.

    Buenas ideas, buenos profesionales y empresas que crecen en calidad, servicio y oferta: la Argentina muestra sus credenciales para expandirse en la sociedad del conocimiento. Y en esa búsqueda, la nueva Ley de la Economía del Conocimiento, recién aprobada por el Senado, aparece para darle impulso y beneficios valiosos a las empresas que producen y también exportan software, servicios informáticos profesionales, contenidos audiovisuales y biotecnología o tecnología espacial o satelital, entre otros rubros, y que potencian su capital humano altamente calificado. Definida como una ley de fomento, la normativa implica beneficios impositivos, reducción de costos laborales e incentivos fiscales y fue bien recibida por el sector que hoy da empleo a más de 100 mil personas.

    Qué es y qué dice la nueva ley

    La Ley de promoción de la Economía del Conocimiento reemplaza a la Ley de Software (LPS) que había sido aprobada en 2004 con más beneficios en empleo, retenciones, IVA y Ganancias para más rubros que antes no habían estado contemplados.

    Ahora los beneficiarios podrán ser de áreas como biotecnología o industria satelital y también desarrollar servicios profesionales de todo tipo, como contables, legales, ingeniería o incluso soporte tecnológico. Para todos ellos el nuevo régimen crea un Registro Nacional y establece estabilidad fiscal hasta 2030, uno de sus puntos clave (la normativa expresa que aquellos que estén inscriptos ”no podrán ver aumentada su carga tributaria total nacional” mientras dure el régimen), y también una tasa reducida de 15% en Ganancias.

    La nueva ley también fomenta la creación de nuevas empresas: aquellas firmas que tengan una antigüedad menor a tres años y que estén categorizadas como micro en el Registro Pyme podrán ser una actividad “elegible” acreditando el 70% de su facturación y sin necesidad de cumplir con otros requisitos.

    Consultado sobre su alcance, Vicente Lourenzo, titular de la Consultora LP, detalló los principales beneficios para quienes se inscriban en el régimen:

    • Estabilidad fiscal hasta 2030. Alcanza a todos los tributos nacionales y también a los derechos o aranceles a la importación y exportación.
    • Reducción del costo laboral. Establece la deducción total del mínimo no imponible de contribuciones patronales previsto para 2022.
    • Bono de crédito fiscal. Equivalente al 1,6 veces el monto de las cargas sociales calculadas con el régimen general (puede utilizarse para cancelar impuestos nacionales, como IVA o Ganancias). Se eleva a dos veces para empleados con doctorado.
    • Exportadores. Quienes exporten servicios podrán deducir lo pagado por impuestos análogos pagados o retenidos en el exterior.
    • Y lo mencionado: tasa reducida del 15% en Ganancias y no retenciones y percepciones del IVA.

    Cómo inscribirse

    El régimen recién tendrá vigencia desde enero de 2020, pero las empresas interesadas ya pueden iniciar las consultas para inscribirse en el nuevo Registro que abrirá en el segundo semestre de este año.

    Las empresas que ya están contempladas en la anterior Ley de Software podrán integrarse al nuevo padrón: en esos casos deberán cumplir varios requisitos como contar con certificado de calidad, invertir en investigación y desarrollo y exportar.

    Repercusiones

    Desde el Gobierno dieron la bienvenida a esta norma que, según informaron, busca crear 215.000 nuevos puestos de trabajo “de calidad”. Según datos difundidos por el Ministerio de Producción y Trabajo, el régimen apunta a contemplar a 11.000 empresas para que en 10 años puedan duplicar su cantidad de empleados y multiplicar las exportaciones hasta alcanzar US$ 15 mil millones en 2030.

    La propuesta de ley, aseguraron desde el área, tuvo apoyo de empresarios y emprendedores y se definió por consenso entre el sector, técnicos y legisladores que avalaron a la Economía del Conocimiento como oportunidad para crecer, generar empleo y multiplicar las exportaciones. Ahora el desafío será garantizar infraestructura e incorporar tecnología.

    Desde Argencon, la entidad que nuclea a exportadores de servicios, también la ven como una doble oportunidad tanto para crecer en mercados internacionales como para expandirse en el país.

    Data: las cifras del conocimiento

    Según precisan datos oficiales, entre 2007 y 2017 las actividades de la Economía de la Ley del Conocimiento generaron un 65% más de empleo que el resto de la actividades productivas y sus operaciones crecieron un 70% en ese periodo. Además los salarios son un 35% más elevados que en el resto de los sectores. Otros datos de la industria: según precisaron desde el Instituto de Ciencias Económicas de la Universidad de El Salvador, en base a cifras del INDEC, entre 2004 y 2018 la exportación creció de u$s 200 millones a u$s1.700 millones.

    Para el Estado el número de empresas en estos sectores hoy ronda los 5 mil. Según datos de la  Cámara de Empresas de Software y Servicios informáticos (CESSI), hoy la industria tiene un poco más de 100.000 empleados, pero se destaca por ser un sector de pleno empleo y con buen número en exportación. Sin duda es un rubro que además de atención también necesita medidas más urgentes: para CESSI, en 2018 el sector generó 5.337 nuevos puestos de trabajo, pero no pudo cubrir unas 3.000 posiciones más.

    Lo que viene y lo que falta

    Como consultor pyme, Lourenzo destacó que “este nuevo régimen busca potenciar a las empresas y nuevos emprendedores para que cuenten con más herramientas que aceleren el desarrollo de sus nuevas tecnologías”, pero sumó que “todavía faltan más medidas de contención y más políticas que respalden a nuestros emprendedores y los acompañen para que puedan generar nuevas oportunidades para el país”.

    Desde Colppy, Tomás Fernández Lacort, gerente de Administración y Finanzas en la compañía, también sumó su mirada y experiencia en estas normativas: explicó que “con esta nueva Ley se busca mantener los principales incentivos de la LPS para las empresas de software y extenderlos a nuevos sectores productivos como biotecnología, industria audiovisual, inteligencia artificial, impresiones 3D, videojuegos, robótica, nanotecnología, industria espacial y satelital, y servicios profesionales destinados a la exportación (contables, consultoría)” y aseguró que “esto ayudará a las empresas a mantener una estabilidad fiscal por el tiempo que dure el régimen (hasta diciembre 2029), con reglas claras y previsibles”.

    “Los beneficios no distan mucho de la Ley anterior, pero alivian en gran medida la carga impositiva de estas compañías, permitiéndoles destinar estos recursos promovidos a seguir creciendo y volverse más competitivas tanto a nivel nacional como internacional”, concluyó Fernández Lacort.

    Por Romina Smith. Periodista, con experiencia en medios digitales y gráficos. Desarrolla comunicación con contenidos y asesora a instituciones y empresas. Es editora de noticias de actualidad para Colppy.
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